Aunque algunas mezclas son productos de alta calidad para la degustación, la gran mayoría de la producción se destina al consumo masivo.
Una fuente de suministro fiable
Francia, España, Italia y Portugal son países que utilizan el roble para la elaboración del vino.
Históricamente, el barril era un medio de almacenamiento para el envío, pero rápidamente se convirtió en una herramienta para mejorar la calidad final del producto.
Hoy en día, las barricas se renuevan cada año, tras una media de 2 a 5 años de uso.
Por ello, las fincas vinícolas están demostrando ser una fuente fiable de suministro para las destilerías.
Una solución rentable
La producción a gran escala implica una producción de bajo coste, y los barriles de vino europeos pueden formar parte de este proceso. Una vez que salen de las bodegas, pierden su valor.
La proximidad geográfica de los países productores de vino y whisky influye positivamente en el coste del transporte.
Además, también reduce las emisiones de dióxido de carbono, por lo que es más respetuoso con el medio ambiente.
Los barriles de vino tienen una historia que contar
Origen del roble, zona de producción, variedad de uva, ... Estos parámetros -reproducibles cada año- forman parte de una historia que pueden contar las destilerías.
Las barricas de vino ofrecen muchas posibilidades en términos de envasado, marketing y comunicación.
Nuestro equipo de ventas le enviará nuestras ofertas especiales del momento.
Recevez nos ventes privées